DE MADRID AL CIELO. LUGARES MÁS Y MENOS CONOCIDOS
DE MADRID.
He titulado esta
presentación “De Madrid al cielo” porque realmente puedes sentir esa sensación de bienestar cuando recorres
los sorprendentes rincones que esconde Madrid.
El origen de esta
repetidísima frase está algo difuso. Al parecer, pudo hacer famosa a finales del
siglo XVIII a raíz de las reformas que Carlos III realizó en la ciudad para
embellecerla. Gracias a ellas Madrid dejó de ser la anticuada villa castellana
y pasó a convertirse en la regia capital de un vasto imperio.
Existe otra teoría que
afirma que en el Cerro Garabitas, en la Casa de Campo, se reúnen todas las
noches las almas de los difuntos madrileños y desde allí ascienden al cielo.
Esta creencia la alimentan los vecinos del parque que aseguran que ven luces
que ascienden por las copas de los árboles. Es probable que sean luciérnagas o
fuego de San Telmo.
No obstante, la tesis
más fiable relaciona el refrán con la obra del dramaturgo del Siglo de Oro,
Luis Quiñones de Benavente, titulada “Baile del invierno y del verano”. En ella
hay unos versos que dicen:
“Pues el invierno y el
verano,
en Madrid solo son
buenos,
desde la cuna a Madrid,
y desde Madrid al
Cielo”.
¿Porqué visitar Madrid?
Porque es un lugar
maravilloso, donde puedes disfrutar de innumerables atractivos para que un día
cualquiera, una visita con amigos, un
recorrido con tus hijos, o perderte sola por sus calles, pueda resultar
totalmente mágico.
En todo momento te
sientes como en casa, por el calor que te ofrece la gente, y te ves envuelta en
una ambiente multicultural y cosmopolita, que te hace disfrutar desde el minuto
uno.
La ciudad en general
ejerce una magia especial que hipnotiza y te arropa amablemente y te captura
para vivir experiencias inolvidables.
Me encanta el ir y
venir de personas anónimas, sus prisas, sus vestimentas, ese jaleo del metro en
horas punta, el músico de la Plaza Elíptica con su guitarra eléctrica que hace
que el madrugar sea más llevadero.
Esa cafetería en un
lugar recóndito donde huele a pan recién hecho o el aroma a café que sale a la
calle, te acercas, te sientas, y con un café y un bolígrafo piensas que puedes
comenzar una novela. Estoy pensando en “Lolina Vintage Café”, por la zona de
Tribunal, ¡me encanta!.
Me gusta mirar
escaparates de aquí y de allí, asomarme
a bonitas librerías que encierran tanta belleza en el fondo y en la forma, como
La Central de Callao (situada en una casa palacio de 1200
m2) que alberga más de 70.000 volúmenes de fondo especializado en filosofía,
historia, ciencias sociales y literatura. No sabía hacia donde mirar. ¡Espectacular!
Entrar a un edificio
noble y subir en aquel ascensor con más de 100 años de antigüedad cuando vas a
hacer una entrevista de trabajo hace que te sientas especial.
Me entusiasma visitar rincones poco conocidos para pensar y reflexionar, y así
encontré el jardín del Palacio de Anglona. Rehabilitado recientemente, es como
estar en un convento de la Edad Media en el centro de Madrid.
Y si visitas la iglesia barroca de San Antonio de
los Alemanes que es patrimonio de la humanidad, no te dejará indiferente. Fue
fundada por Felipe III, su estilo sobrio de la fachada no representa la
majestuosidad de su interior. Iglesia única de planta elíptica y enteramente pintada
al fresco, tanto la cúpula como las paredes, por el pintor Luca Giordano. Es el
edificio predilecto de mi querida amiga Begoña.
Madrid es un sitio idóneo para el turismo
familiar, es un sitio para vivir. Por la mañana, el café en una de las terrazas
del Paseo de la Castellana. A mediodía, un vino en el barrio de la Latina, por
ejemplo en “El Viajero”, ese vino acompañado de las deliciosas tapas que allí
ponen, en un palacio del S. XIX, con mobiliario ecléctico y azotea con vistas a
Madrid.
Y al atardecer, estoy de acuerdo con mi amiga
Merce en que uno de los monumentos de visita obligada (especialmente a esta
hora del día) es el Templo de Devoh, traído piedra a piedra desde Egipto y su
parque alrededor con vistas al valle del Manzanares… la fotografía allí es
asombrosa. Y las puestas de sol comparables a las famosas de Ibiza, aquella
isla que tan buenos recuerdos me trae. Son los ingredientes perfectos para
querer estar y si te vas querer volver.
Yo soy una enamorada del teatro y de los
musicales, tanto para adultos como para niños. Así que siempre que puedo llevo
a mi hija a alguno de estos, entre nuestros preferidos está el Teatro Luchana,
un espacio multiescénico con innumerables posibilidades para todos los públicos.
"Quienquiera que condene el teatro es un enemigo de
su país."
Voltaire
¿Y quien no ha ido alguna vez a la Casa de Campo a hacer
deporte o simplemente, como yo, a disfrutar de una increíble panorámica del
Palacio Real, la catedral de la Almudena o los jardines de Sabatini? También
puedes ver a lo lejos las Vistillas, pero es mejor acercarse, y callejear por
este lugar tan castizo de la ciudad. La plaza de Gabriel Miró es el espacio que más se
identifica con Las Vistillas. Y es en esta
plaza donde se instalan algunas de las atracciones más importantes de las
fiestas de La Paloma en agosto, con un escenario para actuaciones musicales y
concursos de baile y una serie de chiringuitos donde comer los típicos bocatas
de chorizo o beber minis de cerveza.
Durante las fiestas, Las Vistillas, es un lugar
atiborrado de gente, de difícil acceso incluso andando (el tráfico rodado se
corta) y ruidoso como pocos. Sin embargo fuera de esos días, que son muy pocos,
es una de esas partes del centro de
Madrid donde parece mentira que se pueda estar tan tranquilo y libre de ruidos
y se pueda disfrutar de una vista tan verde. Los que viven
aquí no quieren mudarse, nunca vemos carteles de se vende en las fachadas.
¿No has subido a ninguna terraza de la Gran Vía?
Pues yo he tenido la suerte de subir hace muy poquito y
poder deleitarme con las vistas de la Plaza del Callao o el edificio Schweppes,
disfruté como un pájaro de ese pequeño vuelo.
Me siento afortunada por haber estudiado Derecho en
Madrid, y haberlo hecho en un lugar tan increíble como es el Monasterio de las
Escuelas Pías, un antiguo recinto construido en 1729 y convertido en biblioteca
en 2004. Todo el edificio es
sencillamente impresionante.
Tiene una terraza en la cuarta planta desde donde se
divisan las famosas corralas de Lavapiés, tejados naranjas, el Mesón de Paredes
o la Plaza de Agustín de Lara. Solía callejear por esta zona y subir y bajar la
calle Tribulete cada vez que iba a clase. Recuerdo que una tarde se estaba
grabando en esta terraza el programa de “Chester”.
Madrid es un
hermoso lugar de gentes hospitalarias,
perfecta fusión entre tradición y modernidad.
Sin el placer
que la gastronomía de Madrid puede proporcionar al sentido del gusto, no puede
concebirse la práctica de un turismo hedonista. Muchos de los restaurantes
poseen un valor añadido que les hace mucho más atractivos, por su ubicación o
por sus instalaciones, y por esos manjares exquisitos que ofrecen para
degustar. . A parte de los bocadillos de calamares en la plaza Mayor, que es lo más popular, puedes degustar esos champiñones rellenos por cualquier restaurante en la Latina o ir
a la Plaza de la Remonta a comerte un cocido madrileño especialidad de la casa. ¡Se me hace la boca agua!
¿Te parecen
suficientes estos motivos? seguro que sí, pero hay más...
Fdo.: María de
Gracia Peralta Martín
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