Dicen algunas leyendas que las
primeras cometas que se vieron volar fue en China, durante la época de los
Estados Combatientes (770-476 a C.) y que fue Marco Polo quien las introdujo en
Europa.
El origen de las cometas se
inspira en tres teorías: la caída de las hojas de los árboles, el rumbo de un
velero en alta mar y el vuelo de un ave. Parece ser que la versión del vuelo de
las aves es la que más ha prosperado y es por eso que la mayoría de los diseños
de cometas son pájaros o insectos voladores. Su vuelo simboliza el equilibrio y
la armonía entre el hombre y la naturaleza.
Una cometa es una superficie que
se lanza al viento y que lleva un hilo (llamado línea) para sujetar y dirigir
la cometa (actúa como un timón) para que en su vuelo no se la lleve el viento.
Aparentemente es algo sencillo,
pero para que una cometa esté bien construida y sea un sistema estable debe
tener en cuenta las leyes físicas y aerodinámicas, así como la geometría y las
matemáticas. Realmente no es nada sencillo.
Volar una cometa es algo más que
soltar al aire una tela enganchada a un hilo, es todo un arte.
Traer un hijo al mundo tampoco es sólo alimentarlo y vestirlo, hay que educarlo y esto también es un arte.
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