Nunca pensé ver a mi amado hijo
vestido de soldado. Su ilusión era ser
militar.
Cuando le
destinaron al cuartel de Siloches contrajo
una extraña alergia que le provocó la muerte. Pero ese mal que Mario padeció
fue provocado. Me enteré cuando su amigo Pablo vino a traer sus pertenencias.
Encontré un botón oculto en el interior de una chaqueta. Una intuición hizo que
descosiese aquel botón. En su interior había un papel minuciosamente enrollado
en el que pude ver un escrito de Mario. Descubrió que el comandante "Pérez" era su padre. No le confesé esta verdad para que no sufriera.
Jamás imaginé que coincidirían y mucho menos que le costaría la vida averiguar
mi gran secreto.
Ese al que un día
amé me arrebató a mi hijo de un plumazo.
Lo mató para tapar su pasado. ¡Maldito!
Mi declaración
arruinará su carrera y ahora Pablo es un testigo protegido.
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