Al Abrigo Del Otoño
Te espero paciente
a esa hora en que tus suaves ocres
arropan la mirada de los transeúntes,
enamorados de tus hebras doradas
que calan en los corazones solitarios.
Te espero donde huele a tierra tibia,
donde se silencia mi silencio
y crujen tua alas de hojas inertes,
al abrigo de tu calma.
Aprovecho tu quietud
y desgrano verso a verso tus pupilas
clavadas en mi pecho,
en comunión perfecta con las sombras.
El viento camina ligero en espirales
bajo las copas de tus árboles,
donde escondes vida y armonía,
y alumbras cada espacio lleno de ausencia.
Te espero sentada,
en este sosiego que perturba mi camino
para escribirte y confesarte,
que busco tus huesos entre la hojarasca,
vestida de amanecer.
(María de Gracia Peralta).