Primer premio Bloggin Sta Eulalia

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lunes, 22 de enero de 2018

DE MADRID AL CIELO

DE MADRID AL CIELO. LUGARES MÁS Y MENOS CONOCIDOS DE MADRID.

He titulado esta presentación “De Madrid al cielo” porque realmente puedes sentir  esa sensación de bienestar cuando recorres los sorprendentes rincones que esconde Madrid.


El origen de esta repetidísima frase está algo difuso. Al parecer, pudo hacer famosa a finales del siglo XVIII a raíz de las reformas que Carlos III realizó en la ciudad para embellecerla. Gracias a ellas Madrid dejó de ser la anticuada villa castellana y pasó a convertirse en la regia capital de un vasto imperio.
Existe otra teoría que afirma que en el Cerro Garabitas, en la Casa de Campo, se reúnen todas las noches las almas de los difuntos madrileños y desde allí ascienden al cielo. Esta creencia la alimentan los vecinos del parque que aseguran que ven luces que ascienden por las copas de los árboles. Es probable que sean luciérnagas o fuego de San Telmo.
No obstante, la tesis más fiable relaciona el refrán con la obra del dramaturgo del Siglo de Oro, Luis Quiñones de Benavente, titulada “Baile del invierno y del verano”. En ella hay unos versos que dicen:

“Pues el invierno y el verano,
en Madrid solo son buenos,
desde la cuna a Madrid,
y desde Madrid al Cielo”.

¿Porqué visitar Madrid?
Porque es un lugar maravilloso, donde puedes disfrutar de innumerables atractivos para que un día cualquiera,  una visita con amigos, un recorrido con tus hijos, o perderte sola por sus calles, pueda resultar totalmente mágico.
En todo momento te sientes como en casa, por el calor que te ofrece la gente, y te ves envuelta en una ambiente multicultural y cosmopolita, que te hace disfrutar desde el minuto uno.
La ciudad en general ejerce una magia especial que hipnotiza y te arropa amablemente y te captura para vivir experiencias inolvidables.

Me encanta el ir y venir de personas anónimas, sus prisas, sus vestimentas, ese jaleo del metro en horas punta, el músico de la Plaza Elíptica con su guitarra eléctrica que hace que el madrugar sea más llevadero.
Esa cafetería en un lugar recóndito donde huele a pan recién hecho o el aroma a café que sale a la calle, te acercas, te sientas, y con un café y un bolígrafo piensas que puedes comenzar una novela. Estoy pensando en “Lolina Vintage Café”, por la zona de Tribunal, ¡me encanta!.

Me gusta mirar escaparates de aquí y de allí,  asomarme a bonitas librerías que encierran tanta belleza en el fondo y en la forma, como La Central de Callao (situada en una casa palacio de 1200 m2) que alberga más de 70.000 volúmenes de fondo especializado en filosofía, historia, ciencias sociales y literatura. No sabía hacia donde mirar. ¡Espectacular!

Entrar a un edificio noble y subir en aquel ascensor con más de 100 años de antigüedad cuando vas a hacer una entrevista de trabajo hace que te sientas especial.

Me entusiasma visitar rincones poco  conocidos para pensar y reflexionar, y así encontré el jardín del Palacio de Anglona. Rehabilitado recientemente, es como estar en un convento de la Edad Media en el centro de Madrid.

Y si visitas la iglesia barroca de San Antonio de los Alemanes que es patrimonio de la humanidad, no te dejará indiferente. Fue fundada por Felipe III, su estilo sobrio de la fachada no representa la majestuosidad de su interior. Iglesia única de planta elíptica y enteramente pintada al fresco, tanto la cúpula como las paredes, por el pintor Luca Giordano. Es el edificio predilecto de mi querida amiga Begoña.

Madrid es un sitio idóneo para el turismo familiar, es un sitio para vivir. Por la mañana, el café en una de las terrazas del Paseo de la Castellana. A mediodía, un vino en el barrio de la Latina, por ejemplo en “El Viajero”, ese vino acompañado de las deliciosas tapas que allí ponen, en un palacio del S. XIX, con mobiliario ecléctico y azotea con vistas a Madrid.
Y al atardecer, estoy de acuerdo con mi amiga Merce en que uno de los monumentos de visita obligada (especialmente a esta hora del día) es el Templo de Devoh, traído piedra a piedra desde Egipto y su parque alrededor con vistas al valle del Manzanares… la fotografía allí es asombrosa. Y las puestas de sol comparables a las famosas de Ibiza, aquella isla que tan buenos recuerdos me trae. Son los ingredientes perfectos para querer estar y si te vas querer volver.

Yo soy una enamorada del teatro y de los musicales, tanto para adultos como para niños. Así que siempre que puedo llevo a mi hija a alguno de estos, entre nuestros preferidos está el Teatro Luchana, un espacio multiescénico con innumerables posibilidades para todos los públicos.

"Quienquiera que condene el teatro es un enemigo de su país."
Voltaire

¿Y quien no ha ido alguna vez a la Casa de Campo a hacer deporte o simplemente, como yo, a disfrutar de una increíble panorámica del Palacio Real, la catedral de la Almudena o los jardines de Sabatini? También puedes ver a lo lejos las Vistillas, pero es mejor acercarse, y callejear por este lugar tan castizo de la ciudad. La plaza de Gabriel Miró es el espacio que más se identifica con Las Vistillas. Y es en esta plaza donde se instalan algunas de las atracciones más importantes de las fiestas de La Paloma en agosto, con un escenario para actuaciones musicales y concursos de baile y una serie de chiringuitos donde comer los típicos bocatas de chorizo o beber minis de cerveza.
Durante las fiestas, Las Vistillas, es un lugar atiborrado de gente, de difícil acceso incluso andando (el tráfico rodado se corta) y ruidoso como pocos. Sin embargo fuera de esos días, que son muy pocos, es una de esas partes del centro de Madrid donde parece mentira que se pueda estar tan tranquilo y libre de ruidos y se pueda disfrutar de una vista tan verde. Los que viven aquí no quieren mudarse, nunca vemos carteles de se vende en las fachadas.

¿No has subido a ninguna terraza de la Gran Vía?
Pues yo he tenido la suerte de subir hace muy poquito y poder deleitarme con las vistas de la Plaza del Callao o el edificio Schweppes, disfruté como un pájaro de ese pequeño vuelo.

Me siento afortunada por haber estudiado Derecho en Madrid, y haberlo hecho en un lugar tan increíble como es el Monasterio de las Escuelas Pías, un antiguo recinto  construido en 1729 y convertido en biblioteca en 2004.  Todo el edificio es sencillamente impresionante.
Tiene una terraza en la cuarta planta desde donde se divisan las famosas corralas de Lavapiés, tejados naranjas, el Mesón de Paredes o la Plaza de Agustín de Lara. Solía callejear por esta zona y subir y bajar la calle Tribulete cada vez que iba a clase. Recuerdo que una tarde se estaba grabando en esta terraza el programa de “Chester”.

Madrid es un hermoso lugar  de gentes hospitalarias, perfecta fusión entre tradición y modernidad.

Sin el placer que la gastronomía de Madrid puede proporcionar al sentido del gusto, no puede concebirse la práctica de un turismo hedonista. Muchos de los restaurantes poseen un valor añadido que les hace mucho más atractivos, por su ubicación o por sus instalaciones, y por esos manjares exquisitos que ofrecen para degustar. . A parte de los bocadillos de calamares en la plaza Mayor, que es lo más popular,  puedes degustar esos champiñones rellenos por cualquier restaurante en la Latina o ir a la Plaza de la Remonta a comerte un cocido madrileño especialidad de la casa.  ¡Se me hace la boca agua!

¿Te parecen suficientes estos motivos? seguro que sí, pero hay más...



Fdo.: María de Gracia Peralta Martín

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