SINCERAMENTE PENSABA

Sinceramente pensaba que yo a ti te tenía,
ahora no se si era cierto
o bien era utopía.

Sinceramente pensaba que eras mi cautivo,
que eras presa mia,
ahora no se si era un sueño
o una etérea realidad desvanecida.

Sinceramente pensaba que eras eterno guardian de mi vida,
así consideraba que eras cada día.

Sinceramente creía que cuidabas mis pasos
desde que despertaba hasta que mis ojos cerraba y te veía.
Ahora siento frío, lejanía,
y no se si lo que yo creía
eras tu, o únicamente ilusión mientras dormía.

Fotografía: http://www.senderodeamor.org/anoranzas/

EL HAMBRIENTO MONAGUILLO

Ante este Tribunal prometo Señoría

decir la verdad de lo acaecido,

no piense usted que soy malagradecido

y que mi actuación parezca vil fechoría.

Siendo yo monaguillo en lejana abadía

ayudaba a aquel cura con mil sentidos,

más un día el hambre me embriagó y me sentí perdido

asestándole con el paraguas que en la mano tenía.

Devoré el plato de sardinas con fruición

observando el cuerpo inerte del cura tras un escritorio,

después apenado  me fui con gran dilación.

Afronté mintiendo el primer interrogatorio

pero ahora estoy aquí en disposición

de confesar mi crimen por hambre y recriminatorio.

Una vez terminado este micro (en verso) para el concurso de microrrelatos mensual del Consejo General de la Abogacía, me di cuenta que guardaba cierta similitud con el gran libro de la literatura española como es "El lazarillo de Tormes".

ÁMAME

Amor, ámame en esa luna que nos envuelve,
que nos cautiva,
que nos enriquece.

Ámame en este día,
ámame cuando el sol nos ciegue
cuando la luz acabe,
cuando tu me encuentres.

Ámame sin más,
sin esperas,
cuando tu corazón necesite tenerme,
cuando tu cuerpo quiera arroparme,
cuando tu boca necesite besarme...

Amor ámame siempre
cada día más.
Ámame en esa luna,
en ese sol que nos envuelve.

Porque cuando el sol no brille
y la luna se apague,
yo te seguiré amando.

ENCUENTROS

Sí te encuentro en la niebla
sabré reaccionar
y te diré con claridad,
que vuelvas padre a la tierra.

Sí te encuentro en el mar
no te vayas en un barco,
no te alejes más de mí que ya llevas largo rato,
quédate para mirar,
no te vayas en el barco,
que no se donde buscar
para volver a tu regazo.
Sí te pierdes en el mar
que triste desamparo
que hago para encontrar
tu cálido encanto,
¡no te alejes más de mí,
no te vayas en el barco!

Sí te encuentro en una flor
que olor tan expresivo,
te arroparé con mi amor
y serás mi protegido,
te guardaré con pasión
y vivirás siempre conmigo,
en mi alegre corazón
y jamás en el olvido.

Si te encuentro en el arroyo,
¡no temas! voy por ti
no puedes estar sólo,
yo correré junto a ti,
me apoyaré en tu hombro
y seré muy feliz.


(Siempre a tu lado papá)